El programa Entretenidos de Vivencias Televisión, emocionó nuevamente a la audiencia con una historia de adopción: la de Alejandra Sosa y Diego Agüero, una pareja monteboyense que, tras 18 años de amor compartido, decidió abrir su corazón de una forma única y generosa: adoptando a dos hermanitos.
Lo que hace aún más significativa esta historia es que Alejandra y Diego podrían tener hijos biológicos, pero eligieron la adopción como camino para formar su familia. Se inscribieron online en el Registro Unico de Adopción de Córdoba con la idea de adoptar a un niño o niña de entre 1 y 4 años, pero el destino les tenía preparada una sorpresa más grande: Camila, de 4 años, y Tomás, de apenas un año y algunos meses, hermanos que no debían ser separados. Cuando se los propusieron, ni lo dudaron.
Hoy Camila tiene 5 años y Tomás 2. Llegaron a su nuevo hogar a fines de febrero, provenientes de San Francisco, y desde entonces viven en Monte Buey, donde encontraron lo que tanto necesitaban: amor, contención y estabilidad para crecer rodeados de afecto y seguridad.
“Es algo transformador, es transformar la vida de otra persona en algo bueno; una parte de su historia no se olvida pero ahora empiezan a escribir otra y vamos a tratar de que sea llena de amor” señaló Alejandra.
Camila, en estos tres meses y algunos días en Monte Buey, se integró rápidamente a la comunidad. Asiste a la sala de 5 del Jardín Manuel Belgrano, y participa activamente en varias actividades: natación, telas, baile y también forma parte del taller culinario “Pequeños Gourmets”. Incluso tuvo su primera participación en un evento local al correr la maratón de Bomberos Voluntarios. Junto a Tomás, comparten una vida al aire libre, disfrutan de recorrer las plazas del pueblo y el parque Municipal, y contagian alegría a quienes los rodean: son niños alegres y profundamente cariñosos con su mamá Alejandra y su papá Diego.
El caso de Alejandra y Diego también rompe un mito muy arraigado en nuestro país: el de los procesos de adopción eternos. Desde que llenaron la solicitud online hasta que conocieron a sus hijos pasaron sólo seis meses, ejemplo que muestra que con flexibilidad por parte de los adoptantes, compromiso, disposición y decisión, es posible acortar los tiempos cuando lo que está en juego es el bienestar de los niños.
Ésta nueva familia eligió vivir la adopción de forma totalmente transparente, sin secretos ni condicionamientos. Camila y Tomás saben que tienen una mamá biológica y una mamá del corazón; un papá biológico y un papá del corazón. A medida que crezcan y surjan preguntas, Alejandra y Diego comentaron que responderán con amor y claridad, siempre respetando la historia que los niños traen consigo. “Lo llevamos con naturalidad, lo difícil siempre lo hacemos los adultos, hoy vivimos en sociedades con la cabeza más abierta, respondemos todo abiertamente; ocultar sería lo contrario de dar amor” dijo Alejandra. “Todo es 100 % transparente, antes era todo oculto y se enteraban en la escuela o en la calle, me pregunto porqué, por suerte hoy es todo más abierto” señaló Diego.
También tienen un hermanito biológico de 6 años que permaneció en San Francisco al cuidado de una bisabuela. La intención de la familia es que ese vínculo no se pierda, y por eso mantendrán un contacto fluido, en diálogo permanente con el juzgado de San Francisco, que fue el que otorgó la adopción y acompaña cada paso de este proceso.
La historia, contada con sensibilidad en Entretenidos, no es solo una noticia más de adopción. Es, sobre todo, un relato de amor del bueno, de ese que se elige cada día. Una familia que se construyó desde el corazón, sin condiciones, y que demuestra que el verdadero vínculo no siempre es de sangre, pero sí de entrega, respeto y cariño profundo.
Alejandra y Diego ya no son dos: ahora son cuatro. Y esa transformación no fue solo en número, sino en sentido. Porque cuando el amor guía los pasos, los caminos se abren. Y nacen familias como ésta.