Con una propuesta que combina el trabajo en equipo, el aprendizaje y la inclusión, el taller municipal Florecer celebró su primer año de actividad en Monte Buey. Este espacio está orientado a personas con discapacidad y funciona como un emprendimiento laboral, donde los participantes producen y comercializan plantines florales y aromáticas, entre otros productos.
Actualmente, unas quince personas integran el taller, aunque la asistencia puede variar. “Nos cuesta en ocasiones estar todos, hay momentos en los que alguno se aleja del taller. Pero contamos con el trabajo de Erica Vivas, nuestra trabajadora social, que va, los busca, y trata de que todos seamos parte”, explicó Alejandra Piccinini, una de las tres coordinadoras del proyecto.
Durante su primer año, el grupo se dedicó a la elaboración de suculentas, aromáticas, macetas y llaveros hechos con papel maché y materiales reciclados. La reutilización de residuos y el cuidado del medio ambiente son ejes centrales de la propuesta. Además, los ingresos generados por la venta de los productos son repartidos entre los integrantes del taller, fortaleciendo así el carácter autogestivo del espacio.
En 2025, el equipo de Florecer apunta a dar un paso más: la inclusión de sus integrantes en prácticas laborales en instituciones y comercios de la localidad. “Estuvimos en contacto con varios lugares que nos abrieron las puertas. Este año comenzamos con un proceso de observación en esos espacios de trabajo y luego se hará una pasantía, como se suele hacer en las escuelas”, explicó Piccinini.
El taller recibió también un impulso económico gracias al presupuesto participativo lanzado por el municipio durante 2024. Resultó ganador con un proyecto que prevé la construcción de un invernáculo propio, lo que permitirá mejorar las condiciones de producción y sumar nuevas actividades.
Consolidado como un espacio de inclusión y crecimiento personal, Florecer continúa su camino en Monte Buey, apostando al trabajo colectivo y a la integración laboral como forma de “convivir”.