El hecho ocurrió el jueves por la tarde, cuando Morales finalizaba su rutina habitual de entrenamiento.
Según relató la propia víctima, el ataque la tomó por sorpresa: “Salí a hacer actividad física y cuando volvía a casa, me atacó una jauría de perros. Iba corriendo, con los auriculares puestos, y no los escuché venir. La pasé muy mal”.
Morales explicó que la visibilidad era escasa por la vegetación que rodea la zona (Calle José Hernandez), lo que también dificultó detectar la presencia de los animales”.
En medio del ataque, uno de los perros la empujó y cayó al suelo, momento en que otro la mordió en el talón derecho, debajo del tendón de Aquiles.
“Ahí me caigo, pero por suerte, en ese momento los perros se fueron. Yo estaba en shock, pero reaccioné rápido, me levanté y seguí corriendo. Pensé: si no me levanto ahora, puede ser peor”.
Morales, que es una persona joven y con buena condición física, expresó su preocupación por lo que podría haber pasado si la víctima hubiera sido un niño o un adulto mayor .
“A pesar del mal momento, tuve suerte. Pero si le pasa a alguien en bicicleta, en moto, o con un bebé, puede ser gravísimo. Yo tuve heridas leves, pero si alguien requiere hospitalización o cirugía, ¿qué hacemos?”.
Sobre la identificación de los animales, indicó que en un primer momento creyó que se trataba de un bóxer, pero luego le informaron que eran perros mestizos, aunque de comportamiento agresivo.
La joven realizó un descargo en la comisaría local. Hasta el momento no hizo un reclamo formal ante el municipio, aunque manifestó su esperanza de que se tomen medidas para prevenir nuevos ataques.
“Esto se puede evitar si los perros están contenidos y sus dueños son responsables. Hoy me tocó a mí, pero mañana puede ser mucho peor”.