El vóley de Matienzo volvió a ser protagonista central en la Copa Monte Buey, al alcanzar por primera vez en la historia del certámen las tres finales de las categorías Sub-12, Sub-14 y Sub-18, un logro que reafirma el gran momento deportivo del club y el crecimiento sostenido de sus divisiones formativas. El balance lo realizó la profesora María Laura Valeriani, integrante del cuerpo técnico junto a Hernán Binner y al equipo de entrenadores del tricolor.
Sub-12: una final muy disputada que se escapó por detalles ante Villa Dora A de Santa Fe
Valeriani destacó el nivel mostrado por las más pequeñas a lo largo de todo el torneo. La final fue pareja y Matienzo no pudo imponerse ante un rival que mantuvo la intensidad en los momentos clave. “No se pudo, pero dieron todo ante un rival que fue superior”, sintetizó la entrenadora, valorando la entrega del equipo en una categoría que sigue en pleno desarrollo.

Sub-14: un campeón sólido y dominante
La actuación de la categoría Sub-14 fue el punto más alto del fin de semana. Matienzo ganó todos los partidos 2-0, sin sobresaltos y mostrando un crecimiento técnico notable. “Tuvieron un desarrollo impresionante”, explicó Valeriani. “Hay jugadoras que marcan diferencias claras, incluso con solo 13 años”.
El dato más llamativo es que el plantel solo tiene tres jugadoras de edad Sub-14. Las otras siete son Sub-13, por lo que volverán a disputar el torneo el año próximo.
“Llegaron a la final porque tienen técnica, tienen cabeza. Si ves dónde estaban en enero y dónde están ahora, el salto es enorme”, remarcó la entrenadora.

Sub-18: una semifinal épica y una final que exigió al máximo
El equipo Sub-18 llegó extenuado a la definición tras un duelo electrizante en semifinales ante Rivadavia, donde Matienzo remontó un partido durísimo: perdió el primer set, ganó el segundo y se impuso en tie-break 15-11 o 15-12, según recordó Valeriani. “Esa semifinal fue como nuestra final”, admitió.
En la final, Matienzo arrancó sin la convicción habitual y lo pagó caro: “Entraron muy tenues, como diciendo ‘ya está’”, explicó la entrenadora.

El desgaste emocional y físico influyó y Olimpia de Santa Teresa, Santa Fe —un equipo que jugó la Copa Argentina y llegó a la final nacional— aprovechó cada detalle.
Recién a mitad del segundo set, con el cambio de cancha, Matienzo reaccionó. Llegó a descontar una diferencia de 7 puntos para ponerse a un punto en algunos pasajes.
“Eran pequeños detalles. Teníamos que jugar muy bien cada pelota”, señaló Valeriani. Aun así, valoró profundamente el rendimiento y la enseñanza que deja esta experiencia: “Una final se empieza a jugar desde el punto 0 del set”, afirmó.
Recién a mitad del segundo set, con el cambio de cancha, Matienzo reaccionó. Llegó a descontar una diferencia de 7 puntos para ponerse a un punto en algunos pasajes.
“Eran pequeños detalles. Teníamos que jugar muy bien cada pelota”, señaló Valeriani. Aun así, valoró profundamente el rendimiento y la enseñanza que deja esta experiencia: “Una final se empieza a jugar desde el punto 0 del set”, afirmó.

Un torneo cada vez más exigente y prestigioso
En las tres categorías, Matienzo demostró jerarquía y una evolución que se nota mes a mes, fruto del intenso calendario de entrenamientos y competencia. El balance deportivo realizado por los profesores es ampliamente positivo: tres finales sobre tres posibles y un título contundente en Sub-14, con renovación asegurada para la próxima temporada.
Matienzo volvió a ser protagonista en su casa, dejando en claro que el proyecto deportivo del vóley tricolor está más firme que nunca.



