Lo que debía ser una noche de fútbol terminó con hechos lamentables en el Estadio 23 de Mayo, luego del empate 1-1 entre Complejo Deportivo y Matienzo, que definió la clasificación del equipo de Monte Buey a la instancia final rumbo a la Copa Córdoba.
Tras el pitazo final, jugadores de ambos equipos se saludaron con normalidad. Sin embargo, cuando el plantel visitante se retiraba, comenzaron a caer proyectiles desde la tribuna local. Ante esta situación, parte de los futbolistas de Matienzo se dirigieron hacia los vestuarios, mientras que el resto, junto a la terna arbitral, permaneció dentro del campo de juego.
En ese momento ingresaron cuatro efectivos policiales del Grupo de Infantería, equipados con armas antidisturbios y gas pimienta. Lejos de apaciguar los ánimos, la presencia policial generó mayor tensión, especialmente cuando un efectivo arrojó gas pimienta al rostro de un simpatizante local tejido por medio y otro efectuó un disparo con arma anti tumulto, momento en que se desvaneció un simpatizante muy querido por la gente local, sin estar claro si fue alcanzado por el disparo o si sufrió un cuadro epiléptico.
La situación se agravó con la agresión a un dirigente de Matienzo al intentar ingresar a la zona de vestuarios.
El comisario Bracamonte, a cargo del operativo, explicó lo sucedido:
“El personal del Grupo de Infantería tuvo que repeler esas acciones. Sí, existieron disparos, es la forma en que actúa Infantería en cualquier cancha, de manera progresiva, primero esperando que bajen los decibeles, y si no, minimizando las acciones”.
El jefe policial confirmó que un simpatizante fue trasladado al hospital tras desvanecerse, luego diagnosticado con un cuadro epiléptico. Tampoco se registraron detenidos, aunque se adelantó que la Liga Bellvillense y el sistema de Tribuna Segura evaluarán sanciones para identificar y castigar a quienes resulten responsables de los disturbios.
“Perder un partido no da derecho a provocar violencia. Ayer no fuimos ejemplo”, concluyó Bracamonte