Llegó a la localidad el primer automóvil impulsado íntegramente por energía eléctrica. Se trata de un Renault Kwid, uno de los modelos compactos más pequeños del mercado automotriz, que en esta versión funciona exclusivamente con electricidad. El vehículo fue adquirido por Roque Dichiara, vecino reconocido por su compromiso en la promoción de energías renovables.
Hasta ahora, en la localidad existían algunos modelos híbridos que combinaban motor a combustión y batería eléctrica. Sin embargo, este es el primer ejemplar de uso particular que no utiliza ninguna fuente de energía distinta a la electricidad.
Autonomía y funcionamiento
Dichiara, quien también fue el primero en instalar paneles solares en su vivienda, destacó las características técnicas y de uso del auto durante una entrevista en el programa Entretenidos. Explicó que éste Renault Kwid eléctrico está pensado principalmente para circulación urbana e interurbana. Su batería de litio de 260 voltios tiene una autonomía máxima de 290 kilómetros en condiciones de velocidad moderada. “Es un auto chico, una batería chica, que permite viajar ida y vuelta a Bell Ville o Marcos Juárez y quizás a Villa María. No pasándolo de 110, porque la autonomía depende también de cuánto vos cuides el consumo”, indicó.
Según detalló, si el uso se limita a trayectos dentro de la localidad, una sola carga alcanza para varios días. “Si no es más que para el uso urbano, lo carga una vez a la semana y anda hasta la semana, o dos veces a la semana. Todo depende mucho de la actividad de cada uno”, explicó.
El vehículo se carga en el domicilio del propietario, utilizando la red eléctrica convencional. Para ello, fue necesario realizar una instalación técnica con protecciones térmicas y descarga a tierra. “Cualquier electricista la hace, no es nada complicado. Un trabajo de algunas horas, y está”, señaló.
Tres modalidades de carga:
Una rápida en estaciones de servicio y cargadores públicos que dura media hora y la domiciliaria de 3 horas (ambas con cargador especial trifásico o monofásico). Una tercera de emergencia con el enchufe convencional como cualquier electrodoméstico que dura 10 horas la carga completa.
Desde el punto de vista técnico, el automóvil presenta una mecánica muy simplificada. Cuenta con un motor trifásico, piñón del motor, corona en el diferencial y la batería de litio que almacena la energía. No utiliza combustibles líquidos ni sistemas auxiliares: toda su propulsión depende de la electricidad.
Dichiara describió que el motor tiene un aspecto visual distinto al de un motor convencional. Su aspecto ahuecado, responde a que carece de muchos componentes propios de los motores a combustión interna, que no se requieren en un sistema 100% eléctrico. Según explicó, “la electrónica simplifica toda la mecánica”.
El funcionamiento es similar al de una caja automática. El conductor selecciona la marcha hacia adelante o hacia atrás, y el vehículo acelera de manera continua según la presión sobre el pedal. “La electrónica se encarga de controlar las revoluciones del motor de 0 a 5000, y va acelerando continuamente. No hay otra cosa”, señaló. El sistema no utiliza embrague ni caja de cambios. “No hay embrague, no hay caja de cambio, no hay nada. El motor trifásico y la batería”, indicó.
Sin ruidos
La sonoridad también es diferente respecto de un vehículo tradicional. “Es el motor eléctrico, no suena”, explicó sonriendo; cuando se pone en posición de punto muerto es parecido a un motor apagado ya que no hay nada vibrando, aunque el sistema sigue encendido. Otra de las curiosidades es el freno regenerativo: con sólo sacar el pie del acelerador, el sistema automáticamente va frenando el vehículo de manera gradual, eficientizando la energía que se derrocha en un motor a combustión y que en un eléctrico la regenera eléctricamente.
Menor costo de Mantenimiento
Según Dichiara, esta configuración permite reducir costos y simplificar el mantenimiento. “Cuando va a hacer los 10.000 kilómetros, te cuesta una quinta parte de lo que es en el caso del combustible, donde tenés lubricante, filtro, refrigerante, bujías, cambio de pastillas de freno. Acá es solo chequeo del sistema electrónico, balanceo, rotación, y no mucho más”, comentó.
El Renault Kwid pertenece a una marca francesa, pero fue fabricado en China. Su adquisición fue posible gracias a la búsqueda activa de información por parte del comprador. “No todas las marcas los tienen o los ofrecen para uso común. A veces son autos de alta gama que uno puede ver en otras ciudades del mundo; todavía hay resistencia de las concecionarias a ofrecerlos, pero hay que pedirlos y tener paciencia, saber esperar, al mercado lo cambia el consumidor; a mayor demanda, bajan los costos; hay que decidir una compra a conciencia y no guiarse sólo en lo económico; cuesta un 30 % más pero hay que evaluarlo a largo plazo y ver los beneficios ambientales y socailes, en el caso de los cargadores públicos”, detalló.
Cargadores Públicos
Dichiara sostuvo que la instalación de cargadores públicos sería una oportunidad concreta para Monte Buey y que su costo no es alto. “Un cargador eléctrico no tiene mucho costo, yo creo que más cuesta no tenerlo”, afirmó. Propuso ubicar estos puntos en el centro, donde se concentra la actividad comercial, y destacó que permitirían a los visitantes abastecerse fácilmente mientras realizan compras o asisten a eventos. “Vos tenés una empresa, tenés un cargador, lo registrás en la aplicación y alguien que esté de paso por la zona te elige como parada y podés hacer un cliente nuevo”, explicó. También señaló que en la región todavía hay pocos puestos de carga, pero que en otras zonas del país se están desarrollando corredores eléctricos que muestran el avance de esta modalidad y que se pueden seguir por aplicaciones específicas.
Con esta incorporación, Monte Buey suma un antecedente local en materia de movilidad sustentable, en un contexto mundial de creciente interés por las tecnologías eléctricas.