El mundo católico despide con profundo pesar al Papa Francisco, quien falleció este lunes luego de más de una década al frente de la Iglesia.
Su papado, marcado por un fuerte compromiso con los pobres, la ecología y la fraternidad universal, deja una huella indeleble tanto dentro como fuera del ámbito religioso.
El Padre Gustavo Gatto expresó su dolor por la pérdida del Santo Padre, a quien conoció personalmente. En declaraciones al Noticiero EN CONTACTO Gatto compartió sus sentimientos: “La verdad que conternado, siento una profunda tristeza, pero también agradecido por el don del Papa, por haber estado tan cerca de él”.
Gatto no solo conoció al Papa Francisco, sino que compartió momentos íntimos en su residencia de Santa Marta, gracias a su cercanía con el jesuita José Luis Narvaja, sobrino del pontífice. “Tuve cuatro encuentros en esos tres años en Roma. Comidas, charlas sencillas, sin protocolo… y eso fue un tesoro. Nos reuníamos seis o siete curas. Era como estar en casa con alguien que te escucha de verdad”, relató emocionado.
Consultado sobre el legado del Papa Francisco, Gatto no dudó: “Fue un regalo para la Iglesia. Como todo Papa, pero este en particular, al inicio del tercer milenio, fue una bocanada de aire fresco. Nos ayudó a tener una mirada más misericordiosa, a salir al encuentro del otro.
Destacó también el modo en que Francisco fue muchas veces incomprendido, especialmente en su país natal. “Yo sigo sosteniendo que fue poco leído. En Argentina muchas veces consumimos al Papa mediado por los medios. Pero si uno se adentra en sus textos, se encuentra con un hombre que pensó en el mundo, en nuestra casa común, en la fraternidad. Nos dijo que basta, que no podemos seguir destruyéndonos”.
Uno de los temas que más resonó en el final de su papado fue su ausencia física en Argentina, una visita que nunca se concretó. “Sí, eso quedó pendiente”, reconoció el Padre Gatto. “Él habrá tenido sus razones. En lo personal, creo que en los últimos años ya era mejor que no venga. Hubiese sido más genuino al inicio de su pontificado. Después, cualquier gesto suyo iba a ser interpretado políticamente”.
A pesar de la tristeza, Gatto concluyó sus palabras con gratitud. “A los encuentros con el Papa los guardo como los momentos más lindos de mi vida. Hoy, con su partida, lo comparto como un testimonio, como algo que marcó mi camino como cura y como persona”.
El Papa Francisco será recordado por su estilo pastoral, su humildad y su llamado constante a una Iglesia comprometida con los más olvidados. Su partida deja un vacío profundo, pero también un legado que, como bien señaló el Padre Gatto, quizá ahora encuentre un reconocimiento más pleno.