Este viernes 17 de junio, el Cineclub Lorenzo Quinteros de la Cooperativa Eléctrica cumple 17 años de vida. Fue exactamente un 17 de junio de 2005 donde se realizó la primera proyección en la sala Luis Panigo, momentos en que el cineclub se denominaba “El Resplandor” en alusión al clásico de Hichtcock. En 2010 y homenajeando al actor monteboyense, el consejo de la Cooperativa aceptó rebautizar al cineclub, llamándolo Lorenzo Quinteros.
Tanto los chicos como los grandes adoptaron el espacio, haciéndolo único ya que se consolidó como un lugar de encuentro, emociones, charlas, y por supuesto: CINE.
En el cineclub se proyectan y se habla de todo tipo de películas… nacionales, extranjeras, conocidas, desconocidas, documentales, animación. Y es un espacio bien utilizado por las escuelas e instituciones, que ya lo tienen integrado a su estrategia educativa.
Son precisamente las películas las que además de entretener y formar, se convirtieron en excusas para el encuentro cada fin de semana.
Desde que comenzó, el cineclub propone ver películas y cuidar los pequeños detalles: el saludo, el abrazo, el colaborar con quienes asisten, estar atentos a recibir y despedir a los chicos y grandes, escuchar y priorizar el trato humano. Es allí donde se evidencia el verdadero hecho cooperativo, ya que la sala a través de las películas no persigue fines de lucro y es en muchos casos el único contacto que grandes y chicos pueden tener con una sala de proyección.
Durante la pandemia la actividad se focalizó en el taller de Cine que actualmente se sigue compartiendo. Esta acción es la única actividad educativa con crecimiento en el tiempo que la cooperativa produce y respalda.
En este 2022 la sala volvió a recibir público y se sigue consolidando como un espacio donde el encuentro para ver películas es la motivación fundamental. El equipo del cineclub cooperativo celebra el tiempo compartido agradeciendo a cada monteboyense; a las instituciones, a los gobiernos municipales y provinciales, a los medios de comunicación (TV y radios) que comparten con gusto cada acción; y más que nada al público que acompaña, poquitos o muchos; pero siempre presentes y esperando cada encuentro.
